lunes, 18 de diciembre de 2006

Llega la Navidad


¡¡Llega la Navidad, qué horror, qué alegría!!. Media humanidad, atrapadas por sus carteras, se enfrentan a esa época del año en que todo se vende porque todos se quiere consumir, donde hasta la solidaridad es marketing, los deseos son de felicidad y los actos de buena voluntad se convierten en necesarios. Se deshincha nuestra economía al mismo ritmo que se nos hincha el corazón, que buenos que somos. Bush indulta a un pavo de una muerte segura (gracias Comandante en Jefe, a los presos del corredor de la muerte que le sirvan alguno de los que van a sacrificar, que seguro que no se cagan en su puta madre), Papa Noel se convierte en el personaje pesadilla, ese que está en todas partes, eclipsando al mismo Fernando Alonso y comienzan una Avalancha Mundial de Estréss.
Avalancha Mundial de Estréss (ejemplo):
A ver, 3 días clave, Noche Buena, Fin de Año, Reyes, bien, ropa apropiada para tales actos sociales, claro, la cena de empresa, la cena con los colegas colegas, la cena con la familia (la de rigor), a ver si no engordo, también tengo que visitar a fulanito de tal, menganitos de cual y demás familiares y amigos, que no veo nunca pero es que “es Navidad”, comprar regalos, escribir postales, mandar los sms, correos y demás chorradas, uffff y Fin de Año (hay que emborracharse uuuyuyuy), dónde, a que fiesta voy, ufff y en curro estamos de cierre de año, mierda, más curro, tengo que comprar algo de la lotería, cojones y montar el árbol que se nos echa encima la cena y ¿no vamos a hacer Belén?, venga hacemos Belén, niños en todas las casas (no tienen clase y ahí fuera es invierno), viene de visita la tía de aquella de otra ciudad (“Pues sí esta Navidades aquí, con lo abuelos”), ¡qué frío hace!, ¡que calor de aire acondicionado!, que feliz que soy, ¡¡Ande Ande Ande, la Marimorena!!, me pesa más la ropa, llegaré a la cabalgata de Reyes, uuffff la mañana de Reyes,...

Cuando me dicen eso de “Felices Fiestas”... me acuerdo de los Carnavales, de La Primavera, de la Bajada de la Virgen del Pino,... esto no son fiestas, son unas Olimpiadas de la gente de a pie. Y no se te ocurra no ser “feliz” en estas fiestas, todo el mundo te mira raro, te llama antisocial, te recriminan tu falta de humanidad... eres un raro. Seré franco, a mi la Navidad me gustaba cuando era niño, era de las mejores cosas, y posiblemente me vuelva a emocionar cuando sea padre porque le gustara a mis hij@s, pero en medio es una verdadera chorrada, una estupidez consumista y un dar por el culo todo el rato que ya te vale.

No sé, lo que deseo para mí y para tod@s ustedes en estas fiestas es que las resacas no sean muy chungas, que el champán es muy perro, que la gente que me rodea y quiero vivan la vida sonriendo y que no me manden, importante, mensajitos chorra, (que se repiten joder, que ni originales somos), que ya sé que desea lo mejor para mí en cada momento. Lo mismo para ustedes.

“Honraré la Navidad en mi corazón y procuraré conservarla durante todo el año” Charles. Dickens
Foto: El Roto (dibujo realizado para el País)

miércoles, 13 de diciembre de 2006

CONCIERTO


ALBERTO DE PAZ
en concierto
VIERNES 15 de DICIEMBRE
en
Pub MELOUNGE
C/ San Pedro,22
Metro Atocha
(3 calle subiendo C/Atocha)
5 € (entra+consumision)

martes, 12 de diciembre de 2006

Miradas encontradas


El encuentro entre los dos fue corto, quizás fuera eterno en una fotografía, o en la mirada de Él, o en la mejilla de Ella, pero verdaderamente mínimo en sus vidas. En la mía lo recuerdo como un momento de espionaje psicológico. En la estación metro de Argüelles, en el andén que va a Moncloa por la línea 3 (para mí la línea Lavapies), Él se sentaba en un banco con un bolso enorme, de esos que podrían llevar un cadáver sin trocear. Me fijé en él porque puso el bolso en lo que quedaba de banco y yo venía con los pies desgastados de mañana y ya eran las doce de la noche. Era un chico normal, tendría unos 25 años y parecía venir de un largo viaje con ganas de llegar a su casa. No podría opinar sobre su aspecto físico, en realidad no lo observé con tanta atención como a todo lo demás en estos primeros días en Madrid.
Cuando ya tuve el pensamiento en “desconexión” típica de ir en metro (“ La Tontería del Subsuelo”) , en el otro andén se detenía el metro con destino a Legazpi. Iba casi vacío, todos los pasajeros iban sentados (habría que ver el mismo vagón al las 9 de la mañana) . Justo al frente del chico y en perfecta perspectiva para mis ojos, atentos a cualquier situación (son esos primeros días en Madrid, ya se sabe) , un chica del tren liberaba su pelo de la carga del moño mientras, desabrochaba el primer botón de su chaqueta-uniforme. Se le notaba que para sacarse el curro de la cara aún tenía que llegar al agua del grifo del su lavamanos, de donde salió esta mañana llena de coloretes y energía. Era muy guapa. Sin embargo, ese sutil movimiento de manos y pelo, junto con la liberación de un botón, no dejo indiferente a ninguno de nosotros dos. Al dueño del único dueño del banco y a un servidor. Fue un acto de belleza en un trasfondo ambiental mas bien desolador. Observé al chico, estaba clavado con la mirada en busca de la suya, tan fija que podría haberme llevado el bolso, con toda su magnitud, y no se hubiera dado cuenta. (En realidad no quería el bolso, quería sentarme). Note que la estudiaba mientras ejecutaba una postura, que posiblemente también hubiera estudiado, de intereses desinteresados. Cuando ya volví la mirada hacia ella ocurrió, Ella clavaba sus ojos en Él como un águila vigilando a un cervatillo. Y entonces ocurrió... lentamente pero ocurrio.
Durante varios segundos, eternos para ellos (supongo) y una mezcla de fotografías, músicas de sinfónica y un plano secuencia para mi, se dijeron tantos verbos, se plantearon tantas situaciones, se reconocieron en la nada y se miraron a su mismo espejo del deseo. (Me acorde de Medem). Cuando la tensión aumentó los dos retiraron la mirada, buscando un punto cualquiera donde poder expulsar una sonrisa. Sonrisa y mejillas sonrojadas por parte de Ella, búsqueda de objetos insulsos en el suelo por parte de Él.
Sonó el pitido de “ey peña, que cerramos la puerta del metro, corre si quieres entrar, no te vayas a perder cinco minutos de tu vida” (básicamente hasta que llegue otro metro). Yo aún andaba recopilando datos y me reconstruía en cinemascope toda aquella escena, aquel movimiento de liberación del pelo, la distancia entre andén y el metro, el chico entregado, la chica emocionada. Cerraron las puertas del metro y ellos se volvieron a encontrar, conteniendo la sonrisa. Tímidos. Conquistadores.
Y ahora venía el mejor momento para mí, el peor para ellos. La huída del tren, ese plano final, tan lentamente, con ese costoso arrancar que tienen, que ya de por sí es un “cámara lenta”. Y yo componiendo y descomponiendo la música y hasta una niebla densa introduje a la secuencia para añadirle algo de Orson Welles. Ellos se miraron hasta que les alcanzó la vista y en un último momento, casi pude observar (no estoy muy seguro) un momento espectacular, divino, grandioso,... Ella levanto su mano, agarrada a su traba todavía, con cara de sonrisa y de falta de un chorro de agua fría y se despidió. Simplemente se despidió de aquel desconocido. Él simplemente la vio alejarse mientras sonreía. (Despídela tío, por favor, levanta tu la mano también... qué poco arte).
Cuando Él cambio de punto de vista, justo la terminó en la mía, aún viendo el tren sumergirse en la oscuridad. Me puse nervioso, sentí la vergüenza del que pillan en asunto ajeno y simplemente sonreí. Ese chico, que para mí era el héroe de ese pedazo de mi película, me miró y me dijo en esas pocas palabras que utilizamos los hombre para decir una chorradas que entenderíamos ya con un gesto: “pedazo de tía, no?”. Encima utilizó un acento desagradable, de ningún lugar, más bien como de una película de Chuck Norris, la voz del malo, por supuesto.
Que horror, que final más pésimo para un relato tan simple y lleno de belleza. Mi protagonista femenina sola y en la oscuridad del túnel, quien sabe, en mi guión enamorada y mi héroe con un problema de identidad galán. ¿Y si en realidad no ocurrió nada de lo que imaginé y simplemente sentí esa falta de amor entre las personas, tan palpable bajo tierra, y lo inventé para soñar despierto? Como en el cine. Quizás simplemente es tarde y ya la cabeza no es la misma.Llega el tren con destino Moncloa, vuelvo a La Tontería del Subsuelo.

Foto: Internet (se titula "principio"... no se más)

miércoles, 6 de diciembre de 2006

Cosas del Arte Mayor


¿Cuál será el secreto de la música? ¿Por qué esa agitación de partículas en el aire envuelta en coordinación por el tiempo y la belleza nos produce tanta cantidad de sensaciones, de emociones, de vida?. Qué poderoso placebo para el cerebro. Qué deliciosa forma de absorber energía. Es inimaginable concebir nuestro mundo sin sus siete increíbles notas y lo infinito de sus combinaciones. Imposible. ¿Imaginen?
Como cualquier arte, el fin de la música es satisfacer a nuestros sentidos deseosos de belleza, y aprovecharlo para trasmitir sensaciones, pensamientos o deseos, y además con la ventaja de poder perpetuarlo.
“La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte” (Leonardo da Vinci).
Es el arte más popular, sin duda, y también es el mas utilizado y a su vez el mas distorsionado, el mas mezclado, el más masificado, el más diverso, el mas vendido, donde pueden convivir lo sublime con lo grotesco, lo aburrido con lo festivo o lo social con lo cómico. En la música exciten personajes desde Mozart hasta King Africa, y que presenta tanta, pero tanta, tanta variedad de formas, de figuras, de mundos (comparen si no). Tanto es así, por ejemplo, que cada pueblo de este planeta tiene su propia melodía nacional, o mejor, su propia música tradicional. eso hace un resultante abrumador de notas que suenan y pocos los oídos que tenemos.
Y por eso me planteo, siendo la música todo lo que es, abstracta e impalpable, diversa para cualquier oído y privada de quien la ejecuta, añadiendo lo etéreo del sentido de cada cual sobre la belleza, ¿con que fundamento se puede decir que esta música o la otra es la mejor o la peor, la que es chunga o la que es flipante, la que es buena de la que es mala?. Deduzco que lo importante esta en si se disfruta o no, como y con que pretexto. Y llego a la conclusión, para mi alivio, de que yo, que hago música con mis manos, oído y garganta, que juego a mi antojo con la vibración de partículas del aire que me rodea (y además mis sentidos me lo agradecen): que no soy ni bueno ni malo, sino que me gusta y por eso lo hago. ¡ea! Lo mismo que cuando pongo ese disco que me hace bailar, o el que me hace recordar los beso que di, o el que me traslada a esos lugares donde oyendo música fui feliz. ¡Que alivio!, por un momento pensé que me entregué a la música por desear ese sueño prefabricado y tentador, semejante a esos que venden en televisión, tipo OT pero con el Garbo Sabinero y viajes a la Habana.
Lo mejor de todo es que no creo que haya ser humano que no tenga la banda sonora de su vida y eso nos debería hacer disfrutar cada vez más y mejor de nuestra capacidad de sentir la música. (Y evita el reaggeton, hazme caso, es por tu salud).

Enhorabuena a Walter Gonzales y Santiago Castillo (La Banda Manzana – http://www.labandamanzana.eu) por su disco "Somos". Un disco con miles de bellezas,... según mis sentidos.

Foto: Botero

lunes, 4 de diciembre de 2006

Equilibrio


El ser humano se divide en dos partes clarísimas: la Femenina y la Masculina. En realidad todo el universo tiene su división, un polo positivo y otro negativo. Está yin y el yang, el esperma y el ovario, dos partes para crear un universo, la derecha, la izquierda, el destino y el albedrío, lo que existe y lo que no. Esto debe ser porque la ley fundamental que nos domina es la del “Equilibrio”.


Hasta que llegó Dios, “El Único”, y nos hizo olvidar el equilibrio de las cosas. La magnitud a la división por dos. Se inventó el parto masculino desde una costilla, y de igual forma el fecundacion de una mujer sin conocer varón. Todo un logro, la verdad. Se auto proclamó único y omnipotente (definición de la palabra omnipotente según la Rae: Dee lat. Omnipotens-entis. 1.adj. que todo lo pude, atributos solo de Dios). Dijo barbaridades de los hombres y les prometió un Apocalipsis cojonudo, que ni el de Ridley Scott, pa fliparlo. Era de comentar, eso si, lo de la Gracia de Dios. Vaya que si la tenía, que se lo pregunte a San José. Nunca se supo si le hizo reír la noticia de Maria.


MARIA: Oye José,...
JOSE: Dime querida,...
MARIA: oye, que te... tengo que contar algo que me paso –esa mujer temblando
JOSE: Se ha vuelto a estropear la cama que te reparé la semana pasada – con titintin- ¡de tanto usarlo!... eeeeeh?
No olvidemos que estaban casados y no habían consumado... el amor.
MARIA: Ná, que el mismísimo Dios (pa ablandar)... me ha dejado preña.
JOSE: Eh.... eh... eeeeeeee....... ehh, pues.... hufffffmmm,

Se supo, pero no se dijo, que José soltó un “vaya por Dios” a los 63 minutos del momento comentado. Recibió una mirada increíblemente fría de Maria.

Pues con gracia o no, el invento nos salió rana. Por culpa de la incultura de la época quizás, vale. Pero puestos a crear un ser omnipotente, un pastor, un guía, “!la Luz¡”, podríamos haberlo creado con más buen rollo. Con gracia de verdad, ¡Con arte, como dicen en Cádiz¡. No sé, sin Días de Juicio Final ni celibato para sus más allegado, con cultura, con novia... no no, mejor, ¡que sea una mujer!, como una madre (que ya es como Dios en algunos aspectos). Que cante (un dios cantante... como Sinatra, como Marley, como Maradona). Que en vez de solicitar misas, sean fiestas (¿qué pondrían como hostias?) . Y por supuesto, que ni se lo ocurra la paternal idea de mandar un hijo para que lo sacrifiquen (perdón, que ningún yanki se ofenda por este comentario).

En resumen, que visto el mundo como está. Debemos tener más cuidado con lo que inventamos en nuestras vidas. Puede que destruyamos el equilibrio que somos en realidad.


"El equilibrio permanente no existe en los negocios humanos. La fe, la sabiduría y el arte permiten alcanzar estados de equilibrio temporal. Luego, los movimientos del mundo y las pasiones del alma destruyen el equilibrio, y el hombre tiene que trepar de nuevo a lo alto de la roca, por idénticos métodos, eternamente." André Maurios.


Foto: Cuadro de un pintor italiano Giorgio Zamboni ( www.guaranapromotion.com/spazioarte/giorgioz/).


Ea.

domingo, 3 de diciembre de 2006


Recuerdo algunas primeras veces menos complicadas que esta. Publicar pensamientos al mundo es algo que puede parecer interesante, siempre y cuando a alguien le interese lo que uno cuenta, pero también es una terapia recomendable para los que en silencio hablan mucho, y como toda terapia no es nada fácil.
¿Qué decir? ¿qué contar? ¿Qué explicaciones a que preguntas merece la pena intentar justificar?. Con estos inventos de publicación pública de pedacitos de uno mismo para cualquier lector, uno puede caer en el espanto de creerse un sabio o, por lo contrario, publicar su mayor estupidez. “Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano” (
Johann Wolfgang Goethe ). ¿Y será bueno publicarse a si mismo? Esta claro que tiene el beneficio de conocerse mejor, siempre y cuando se plantee esto con la mayor de las sinceridades, pero ¿y si descubres lo peor de ti y empiezas a mentir por el hecho de verte bien ante los demás, a inventar el mundo que te rodea para no sentirte solo, a imaginar que solo existe lo que esta en la pantalla?. Puede ser una obsesión más a añadir. Puede ser la paranoia más enfermiza de los últimos tiempos. Ser lo que somos y ser lo que escribimos. La capacidad de la bipolaridad sin tener que enfrentarse a unos ojos que te escuchan. ¿Es eso lo que es un blog?
Sea lo que sea me enfrento al reto. Voy a publicar de adentro a fuera lo que veo, pienso y descubro. Y a ti, a quien puedo decir esto (seas quien seas) te pido que me ayudes en esta terapia tan particular y a la vez compartida, prestándome tus ojos y tus palabras, tus comentarios y sabidurías, porque tener las tienes, como yo, como cualquier ser humano y compartir es salud para el corazón.
Esto será solo el principio o no.


André Bretón Primer Manifiesto Surrealista (fragmento)

"Ordenen que les traigan con qué escribir, después de situarse en un lugar que sea lo más propicio posible a la concentración de su espíritu, al repliegue de su espíritu sobre sí mismo. Entren en el estado más pasivo, o receptivo, de que sean capaces. Prescindan de su genio, de su talento, y del genio y el talento de los demás. Digan hasta empaparse que la literatura es uno de los más tristes caminos que llevan a todas partes. Escriban de prisa, sin tema preconcebido, escriban lo suficientemente de prisa para no poder refrenarse, y para no tener la tentación de leer lo escrito. La primera frase se les ocurrirá por sí misma, ya que en cada segundo que pasa hay una frase, extraña a nuestro pensamiento conciente, que desea exteriorizarse. "