jueves, 15 de octubre de 2009

Ella... El...




Ella lo miraba con el cuerpo tranquilo, lleno, amado. Mientras suspiraba primaveras, imaginaba otoños de su brazo. Recordó aquellos días de domingo, al té del mediodía pidiendo calma al alma, a ciertos chicos, a ciertas decepciones. Lo quería porque estaba ahí y no lo soñaba. Lo miraba con la templanza del saber y entender que los suspiros no faltaron pero que solo las caricias que vienen directamente del corazón hacen volar. Lo miraba y lo estudiaba, lo imaginaba de ayer, de mañana, viviendo, riendo. Se cuestionaba sus secreteos y lo pensaba sin poderse contestar porque no importaba, lo miraba.



Él la amaba, pleno, desmayado, soñándola. Mientras su cuerpo reposaba su mano dibujaba deseos por su muslo. Era suave y el intenso olor a ella le servía de paleta de colores. La pensaba mientras oía su respiración e intentaba coordinar las aspiraciones. La quiere, se pregunta, se afirma, se convence, se emociona. Y al sabio calor de aquella piel despidió a la soledad sin despedida ni recibo. Comprendió, después de un suspiro desde la misma raíz, se queda, se queda a soñar, pero con Ella. Y piensa de vez en vez, ojalá me esté mirando.

Dibujos: Abril Quintanilla

jueves, 8 de octubre de 2009

Vuelo de lluvia




Cae la noche entera llena de gotas como cada año anunciando cambios. Las hojas que me vieron pasear regostando colores se suicidan en sentimental renovación. Es lo que revive la estación. En alguna calle alguien corre dando zancadas para refugiar sus mocasines de las charcas espejo. El cristal de las ventanas decoradas de bisutería húmeda difumina la mirada a lo oscuro y mi luz va lento por el humo.

Salpica percutida la precipitación del agua y el otoño llenándolo todo de música transparente. En el cielo estalla la luz fugaz, en alma suspira el silencio. Hay versos que se están escribiendo, hay una calidez que se echa de menos. Hay deseos de Singin’ in the Rain, aunque esté sonando I’ll renember April. La luna ha de estar detrás del cielo y las palomas de la catedral se arriman al adorno. ¿Es el frescor o ya es el frio?

Y me mente comienza a volar. Este aire encapotado me suele dar alas. Y me imagino apoyado en tu puerta mirando como te quitas el día y el suéter mojado. Fantaseo pensando, me excito recreando. Y me veo claramente, abrazado a tu espalda mimando tu frío mientras te cuento que las hojas en el suelo de hoy me han hecho contar y recrear y sonreír pensándote. Y suave, como el humo de mi alrededor, te caliento los pies, el día, e incluso, todo el otoño.

Doctrina urbana

Aquel sabio hombre me ofreció en esta ocasión una enseñanza que entendí rápidamente. Charlando filosofías de lo educado y lo social, de los austero y razonable, de lo que se inventaba, de lo que se destruía y sobre todo con lo que era justo o no, me regalo una comparativo que lo resumía todo. Me dijo:

Chavál, si mi coche está un día frente a un puticlub, es posible... no se sabe, que esté con una puta, es decir que soy un putañero. Aunque el coche esté allí porque fui a visitar un amigo vecino. Sin embargo chico, si el coche aparece allí de forma repetida es que soy putañero.

Aquel razonamiento sin par me hizo pensar, analizar y sonreír. Las aparencias pueden engañar era claramente el mensaje, que no debemos juzgar sin saber, mira con quien andas, etc. Pero no, mi sabio amigo tenia una conclusión más sencilla y a la par tan cierta como que el día es día: A veces el éxito consiste en meditar siempre donde se aparca.

(Hecho real acontecido en una plaza cualquiera de madrid esperando a un camello))