Mientras quede una gota de sangre que me arda, se agite o palpite por mi cuerpo, cansado este de tanto sentir con calma la nada y la desmesura, mientras exista una pequeña posibilidad de ser el orgulloso aire de tus tardes, mientras escriba palabras que puedan hacerte estremecer al igual que cuando desde tu estratosfera me logras mirar con ojos de interrogación y ausencia. Mientras sepa que no puedo ser tu salvavidas pero tampoco el mar que te ahoga, porque cuando te salves no será mi tierra de isla donde veas tu libertad, ni tampoco tu silencio ni tampoco tu paz. Mientras respire un aire, cualquier aire, que me transporte a ti… yo estaré ahí, cerca de ti, porque la fuerza de soñar tiene que ser más poderosa que cualquier miedo a vivir.
Gracias Rebeca Moreno por tus sabias palabras.
jueves, 30 de abril de 2009
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