jueves, 15 de octubre de 2009

Ella... El...




Ella lo miraba con el cuerpo tranquilo, lleno, amado. Mientras suspiraba primaveras, imaginaba otoños de su brazo. Recordó aquellos días de domingo, al té del mediodía pidiendo calma al alma, a ciertos chicos, a ciertas decepciones. Lo quería porque estaba ahí y no lo soñaba. Lo miraba con la templanza del saber y entender que los suspiros no faltaron pero que solo las caricias que vienen directamente del corazón hacen volar. Lo miraba y lo estudiaba, lo imaginaba de ayer, de mañana, viviendo, riendo. Se cuestionaba sus secreteos y lo pensaba sin poderse contestar porque no importaba, lo miraba.



Él la amaba, pleno, desmayado, soñándola. Mientras su cuerpo reposaba su mano dibujaba deseos por su muslo. Era suave y el intenso olor a ella le servía de paleta de colores. La pensaba mientras oía su respiración e intentaba coordinar las aspiraciones. La quiere, se pregunta, se afirma, se convence, se emociona. Y al sabio calor de aquella piel despidió a la soledad sin despedida ni recibo. Comprendió, después de un suspiro desde la misma raíz, se queda, se queda a soñar, pero con Ella. Y piensa de vez en vez, ojalá me esté mirando.

Dibujos: Abril Quintanilla

1 comentario:

violetazul dijo...

Qué bonito.... y será que estoy sensible perdida, pero qué real me parece en estos días..
Aunque a veces duele, qué increíble sentimiento el amor!
Besos!!