jueves, 8 de octubre de 2009

Doctrina urbana

Aquel sabio hombre me ofreció en esta ocasión una enseñanza que entendí rápidamente. Charlando filosofías de lo educado y lo social, de los austero y razonable, de lo que se inventaba, de lo que se destruía y sobre todo con lo que era justo o no, me regalo una comparativo que lo resumía todo. Me dijo:

Chavál, si mi coche está un día frente a un puticlub, es posible... no se sabe, que esté con una puta, es decir que soy un putañero. Aunque el coche esté allí porque fui a visitar un amigo vecino. Sin embargo chico, si el coche aparece allí de forma repetida es que soy putañero.

Aquel razonamiento sin par me hizo pensar, analizar y sonreír. Las aparencias pueden engañar era claramente el mensaje, que no debemos juzgar sin saber, mira con quien andas, etc. Pero no, mi sabio amigo tenia una conclusión más sencilla y a la par tan cierta como que el día es día: A veces el éxito consiste en meditar siempre donde se aparca.

(Hecho real acontecido en una plaza cualquiera de madrid esperando a un camello))

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