miércoles, 20 de enero de 2010

Me excito, te amo



Alma mía, te andaba soñando. En esta interminable sensibilidad de esta noche de humo y vino, aquí sentado mirando los recuerdos como si estuvieran en el techo, con un respirar lento y suave de la nostalgia, te ando soñando. Este particular mundo gobernado por cerebro, corazón y sexo se alinean sensitivamente a tu imagen sobre mi, a tu labio sobre mi, a tu gobierno sobre mi. Y te convierto en emoción, tan real como el apetito, y te observo en miles de flashes de la memoria, como una imagen perenne. Me excito, te amo.

Alma mía, mi espalda renueva su energía con un entusiasmo especial y con mi pecho, mis piernas, mi alma, mi cabeza, mi mano, mi sexo. Te adoro, y desde una emoción casi religiosa, te rezo rozando el epicentro del calor. Hay olores a ti, hay olores a mí. Hay imágenes de ojos cerrados que se mezclan con imágenes de mí en ti, y sin tenerte te estoy tocando hasta el alma. Me excito, te amo.

El ritmo de mi corazón aumenta junto con mi extremidad convertida en ti. Hay un silencio de suspiros que desde mi interior, es el silencio esquilmado que precede a la explosión. Mi cuerpo parece dominado por algo irreal pero a la vez tan mío. Aumenta el aire, jadea hasta el tiempo, tu sigues amándome en imágenes eternas, ahora con mayor velocidad, y todo comienza a ser borroso, indefinido. No importa. Comienza el vuelo. Me retuerzo en mí, me fracturo, me emociono, me alcanzo, ¿dónde está el aire?, me exploto, me resisto, me excito, te amo. Me excito, te amo.

Me quedo en la serena respiración de una dulce melancolía. Hay una soledad dividida entre mi cuerpo y mi mente, como si fuéramos dos siendo uno. Te evoco en un solo suspiro. Te recuerdo y me veo cómico, aquí haciéndome el amor acosta de tus sentidos. Y aun abatido me éxito, aun sin tenerte aquí, te amo.

1 comentario:

Abril dijo...

... Que lindo texto, provocativo y evocador a una carta que recibe un tal Hervé Joncour... de gran magnitud a despertar los sentidos mas finos del ser humano...