miércoles, 10 de septiembre de 2008

Ganas de ti




Tengo ganas de tocarte…, perdón, de tocarnos. No es cuestión de abrazarte, o acariciarte, o besarte, quiero saber que se siente cuando tu piel se comunica, me dice, me reconoce, y dedicarme a sentirlo, a escucharlo y, de recuerdo, reconocerte. Quiero deambular por el sabor que me regala ese olor tan tuyo que me traslada a tu cuello, que mueve mis brazos hacia tu cintura, que me hace prisionero de tus alrededores. Tengo ganas de ti y lo sé porque me faltan al respeto todos mis deseos.

Quiero batirte entre mis sabanas, perdiendo la cabeza en un instante detenido, buscando con mi lengua la humedad de tus muslos, olfateando en tu pecho los olores de tu alma entregada, suspirando calores, sudando gemidos, suplicando la delicias, abrazados en dos, latiendo en uno, volando sobre la nada. Y besarte con tanto amor que consiga tatuar en cada beso lo que no hay palabra que lo explique. Ser de ti, para ti, el hueco que queda para estar completos. Y gritar locuras placenteras hasta estallarnos contra los cielos, volando sin aire, sintiendo sin sentido, para terminar abrazado a tus temblores pidiendo, llenos de sudores, que no te lleves el abrigo.